Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

La comunidad jurídica humildemente pide sus oraciones

By ARCHBISHOP WILTON D. GREGORY, Commentary | Published octubre 15, 2015  | Available In English

La semana pasada, pasé un montón de tiempo con ¡jueces y abogados! Yo no estaba buscando su ayuda profesional o respondiendo a una citación judicial, pero si me maravillé con la profundidad de su fe.

Tanto en Washington, D.C. como en Atlanta, decenas de funcionarios judiciales y abogados se reunieron para la Misa Roja anual, que tiene lugar en ambas comunidades al principio de cada nuevo período judicial. Católicos, cristianos de otras denominaciones, judíos y muchos de otras religiones, así como aquellos que no pertenecen a ninguna denominación en particular, vinieron a orar con nosotros para que el próximo año judicial les traiga a todos los dones de la sabiduría, prudencia, justicia y misericordia.

Oramos por ellos, y ellos a su vez, oraron con nosotros para que nuestros tribunales sean recintos de imparcialidad y equidad.

Cada una de estas dos Misas Rojas fue patrocinada por una asociación de abogados católicos — en Washington, John Carroll Society, y aquí en Atlanta, St. Thomas More Society. Estas dos asociaciones profesionales incluyen a miembros que no necesariamente son abogados pero que tienen un profundo respeto por la profesión. Todos conocemos la popularidad de los chistes de abogados y probablemente nos hemos reído de algunos de ellos en el pasado. Sin embargo, el encuentro de estos profesionales fue de devoción y seriedad, y un claro indicio de la profundidad de su fe y su deseo, como miembros de estas asociaciones católicas, de ser verdaderos siervos de justicia.

Recibí una amable nota de agradecimiento por parte de uno de los jueces presentes en una de estas Misas Rojas, asegurándome que este momento anual de oración no solo es apreciado profundamente sino que es muy adecuado como preparación para la labor que enfrentarán los tribunales durante este próximo año. Al igual que el Papa Francisco, quien ha hecho un hábito frecuente del pedirnos que oremos por él, también los jueces y abogados parecieron genuinamente agradecidos con el hecho de que las personas los mantengan en sus oraciones ya que reconocen sus grandes responsabilidades dentro de nuestra sociedad y cuánto dependen del apoyo espiritual de todos nosotros.

Nuestro sistema judicial es un baluarte de la naturaleza democrática de nuestro país. Ninguno de nosotros estaría de acuerdo con cada decisión adoptada por nuestros tribunales, pero todos debemos admitir que estaríamos infinitamente disminuidos sin sus servicios.

Todos podemos recordar una decisión judicial del pasado con la cual no estuvimos de acuerdo, pero la integridad, independencia e imparcialidad de nuestros tribunales nos mantienen entre las naciones más afortunadas. Podemos argumentar que en ocasiones nuestros tribunales son “activistas”, queriendo decir que creemos que traspasan su autoridad legítima en una situación determinada. Incluso podríamos sugerir que a veces los tribunales están sumidos irremediablemente en tradiciones y expresiones que no reconocen las circunstancias actuales.

Cualesquiera que sean nuestras quejas sobre los tribunales de nuestra nación, todos tenemos un interés particular en orar por aquellos que son nuestros servidores legales y judiciales, aunque solo sea por el deseo de incrementar su sabiduría y prudencia.

Nuestra propia Misa Roja honró a tres personas este año: el juez que preside nuestro Tribunal Supremo de Georgia, P. Harris Hines, quien ha trabajado incansablemente por los jóvenes dentro del sistema judicial; el Alcalde Joseph P. Riley Jr., de Charleston, South Carolina y el Reverendo Dr. Norvel Goff Sr., pastor interino de Mother Emanuel African Methodist Episcopal Church en Charleston, donde nueve miembros fueron asesinados en un terrible acto de odio y violencia en junio pasado. El Alcalde Riley y el Reverendo Goff fueron esenciales para calmar y sanar a la comunidad los días posteriores a ese acontecimiento brutal.

Al reconocer a estos dos líderes, St. Thomas More Society reconoció el heroísmo que un evento terrible puede convocar incluso en las circunstancias más volátiles. Los tres galardonados fueron seleccionados por nuestros propios jueces y abogados locales quienes comprenden que tal fuerza de carácter y profundidad de fe nos enriquece a todos, tal vez más especialmente a los que se dedican a las obras de justicia y misericordia en nuestro sistema judicial. St. Thomas More Society escogió gente que admira, y todos debemos alabar a Dios por colocarlos en nuestro mundo actual, especialmente durante dichos momentos de violencia y odio.