Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Las opiniones del cuestionario se convierten en parte de algo mayor

Published febrero 20, 2014  | Available In English

Mi columna del 5 de diciembre abordó el tema del cuestionario del Vaticano que ahora es considerado como un componente importante en la preparación del próximo Sínodo de los Obispos sobre la familia. El Vaticano pidió a la gente de la Arquidiócesis de Atlanta, y a aquellos de otras Iglesias locales a través del mundo, que respondieran a su invitación para opinar con respecto a los desafíos pastorales que enfrentan el matrimonio y la familia.

La petición inicial provino del entonces Arzobispo Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos, con el fin de ayudar a la Santa Sede a preparase para el próximo Sínodo con el tema “Los Desafíos Pastorales sobre la Familia en el Contexto de la Evangelización” que se llevará a cabo en octubre de 2014.

Me sentí reafirmado al ver que más de 4,900 miembros de la Arquidiócesis de Atlanta contestaron a la encuesta y me ayudaron a responder al llamado del Vaticano solicitando la opinión de nuestra arquidiócesis.

He presentado una carta a la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos reflejando sus respuestas a la encuesta,  la cual ellos utilizarán para responder a los funcionarios del Vaticano  que están recopilando la información.

El Vaticano seleccionará un grupo de expertos para examinar todos los comentarios y hacer una presentación que será “un resumen conciso y fiel de todas las respuestas.” Este informe será utilizado para crear el documento de trabajo oficial para el Sínodo, conocido en latín como el  Instrumentum laboris, el cual se publicará en mayo.

Aunque los obispos fueron informados de que las respuestas específicas del cuestionario pertenecían exclusivamente a la Santa Sede, me gustaría compartir con ustedes algunas reflexiones sobre la opinión que recibí de nuestra gente, y al mismo tiempo, extenderles una invitación. Mientras examinaba sus respuestas a las preguntas planteadas por el Vaticano, fue muy claro que ustedes, los fieles de la Arquidiócesis de Atlanta, aman nuestra fe y están profundamente preocupados acerca de muchas cuestiones referentes al matrimonio y a la familia. Algunos de estos aspectos incluyen la atención pastoral otorgada a las personas divorciadas (especialmente aquellas que se han vuelto a casar), la atención otorgada a aquellos que se sienten atraídos hacia personas de su mismo sexo y las preguntas del papel de la familia en la sociedad actual.

Es alentador ver que nuestra gente tiene un deseo genuino de asegurase de que cada uno reciba una atención pastoral compasiva y de que nadie sea olvidado. Su preocupación por aquellos que pueden sentirse marginados me recordó  un discurso ofrecido la primavera pasada por el entonces Cardenal Jorge Bergoglio, durante la reunión de los cardenales previa al conclave, en el cual dijo, “Evangelizar supone en la Iglesia el deseo de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no sólo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y la indiferencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria.”

También fue alentador ver tantas respuestas de nuestra gente, quienes se preocupan porque las enseñanzas de la Iglesia sobre las cuestiones familiares se entiendan y  respalden mejor. Como católicos, sabemos que las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio y la vida familiar conducen a la verdadera libertad, y que deben ser protegidas para que la familia y la sociedad permanezcan sanas y fuertes. Para ello debemos trabajar unidos, como el cuerpo de Cristo, con el fin de preservar la dignidad y belleza de la familia. Debemos esforzarnos primero dentro de nuestras propias familias por ser un pueblo valiente y de fe inquebrantable, para poder enfrentar todos los desafíos que se nos presenten. Debemos volvernos continuamente a Cristo y a su novia, la Iglesia, para encontrar la fuerza y la atención que necesitamos durante los tiempos difíciles.

Oro para que las familias que buscan apoyo en tiempos de dificultad y lucha, puedan encontrar dentro de la Iglesia un lugar de descanso y una fuente de compasión y fuerza.

La invitación que les extiendo hoy es la de participar en el proceso de crear un Plan Pastoral para la Arquidiócesis de Atlanta. La planificación pastoral es un proceso que involucra y  permite a los miembros de una comunidad de fe expresar su llamado bautismal a través de la  oración y del discernimiento, y de acciones que aborden las necesidades pastorales de esta Iglesia local y de todos aquellos a quienes sirve.  Ésta involucra orar y reflexionar juntos, como familia, sobre las acciones del Cuerpo de Cristo en un lugar y en un tiempo específico.

Incluso antes de que la Santa Sede publicara la noticia del Sínodo sobre la familia, nuestra Iglesia local ya había comenzado el proceso de crear un plan pastoral para la Arquidiócesis de  Atlanta. Para iniciar la conversación y el trabajo que involucra el crear un plan pastoral, la gente de toda la arquidiócesis, incluyendo católicos practicantes y no practicantes, y ex-católicos, tendrán la oportunidad de completar un breve cuestionario. Mientras que el cuestionario del Vaticano se centró en el matrimonio y en la vida familiar, esta encuesta busca identificar las necesidades más apremiantes de nuestra Iglesia local, tanto las del matrimonio y las de la vida familiar, como las litúrgicas, pastorales, sacramentales y educativas.

Los invito a completar nuestro cuestionario y a participar  en el comienzo de una conversación importante de tipo electrónica. Compartan el cuestionario ampliamente con sus familias y con sus amigos y vecinos, con aquellos que practican nuestra fe y con aquellos que pueden estar en la periferia de la Iglesia; y con nuestros hermanos y hermanas de otras religiones y tradiciones. Necesito saber cuáles consideran ustedes que son los mayores desafíos y demandas presentes al vivir nuestra fe católica en el norte y en el centro de Georgia.